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❞𝐃𝐄𝐒𝐏𝐋𝐀𝐙𝐀𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐋𝐈𝐌𝐀́𝐓𝐈𝐂𝐎𝐒❞, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 ❞𝐂𝐀𝐓𝐄𝐑𝐆𝐎𝐑𝐈́𝐀❞ 𝐃𝐄 𝐕𝐈́𝐂𝐓𝐈𝐌𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐁𝐈𝐎 𝐂𝐋𝐈𝐌𝐀́𝐓𝐈𝐂𝐎.
 
El año 2023 fue declarado por la comunidad científica internacional como el año más cálido registrado, y tal parece que este año no será la excepción, como lo previenen ciertos acontecimientos climáticos que están sucediendo en algunos lugares de nuestro Planeta. En el Sur de Asia —especialmente en Palestina, Bangladesh, India, Tailandia, Myanmar, Camboya y Filipinas— cientos de personas han muerto por efectos de las altas temperaturas que rebasaron los 40 grados Celsius. Olas de calor similares ocurrieron en los años 2022 y 2023; los estudios científicos afirman que el cambio climático, inducido por el ser humano, influyó en esos eventos haciéndolos 30 veces más probable y más caluroso.
 
La elevación de la temperatura afecta tanto a los seres humanos como a los seres no humanos. Desde hace unas semanas en el sur de Méjico se reportaron decenas de muertes de monos aulladores y otros sufren deshidratación. Los científicos creen que la sequía secó las hojas de árboles, que sirven de alimento, y los arroyos de donde bebían agua, factores que estarían provocando estas muertes. Esto es una señal de alerta de lo que puede provocar el cambio climático en la vida silvestre en todo el mundo. Recordemos que el año pasado más de cien delfines rosados murieron en la Amazonía de Brasil debido a la sequía intensa y prolongada.
 
El cambio climático se manifiesta a través de varios fenómenos extremos que suceden en diversas partes del mundo y sus efectos se evidencian en cascada afectando a los países más vulnerables —los del Sur global— y a los grupos sociales igualmente en estado de mayor vulnerabilidad. Es el caso de los niños, las niñas, mujeres, ancianos y ancianas. Un estudio de mayo pasado (publicado en Nature Communications) proyecta que, para el año 2050, 246 millones de personas adicionales, mayores de 69 años de edad, podrían sufrir afectaciones por las temperaturas extremas; cerca de la cuarta parte de esta población está concentrada en Asia y África. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dice que, cuando ocurre un desastre causado por algún fenómeno natural climático, las mujeres y los niños tienen 14 veces más probabilidades de morir que los hombres. Además, este tipo de desastres climáticos aumentan las tareas de las mujeres en actividades relacionadas a los cuidados incluyendo la probabilidad de que se incremente la violencia de género. Otra de las consecuencias del cambio climático son los desplazamientos humanos en los que las mujeres representan el 80% de las personas desplazadas por efectos de los fenómenos climáticos extremos. A las personas que se ven forzadas a abandonar sus hogares por causas relacionados a factores climáticos extremos se las denomina “refugiados climáticos”.
 
Refugiados climáticos es una expresión que todavía no es reconocida oficialmente en el derecho internacional, por lo tanto, las personas que abandonan sus lugares de residencia por eventos climáticos no gozan de la protección que brinda la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Sin embargo, a pesar de que estas personas se desplazan dentro de sus mimos países, el número de refugiados aumenta conforme se incrementan los desastres causados por fenómenos climáticos. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que en 2022 hubo cerca de 33 millones de desplazamientos internos de los cuales el 98% estuvieron relacionados con el clima, como inundaciones, sequías, tormentas e incendios forestales. La ONU reconoce que entre los años 2016 y 2021 este tipo de fenómenos provocaron más de 43 millones de desplazamientos de niños y niñas, cifra que podría llegar a 113 millones en las próximas tres décadas, según predice este organismo internacional.
 
Sin ir muy lejos, en tiempo y distancia, en este mes de junio empezará el desplazamiento de 268 familias de la etnia guna en Panamá debido al incremento del nivel del mar. Este es el primer caso de un desplazamiento forzado por factores climáticos en América Latina (https://rb.gy/8wlc69).  Aunque el gobierno panameño diga que se trata de una reubicación, en el fondo es un desplazamiento forzado, ya que las familias tienen que abandonar sus tierras ancestrales, la isla Cartí Sugdub, para instalarse en tierra firme.
 
Abandonar sus tierras ancestrales para instalarse en otro lugar y adoptar otros estilos de vida provocará otros impactos sociales en las personas desplazadas. Este fenómeno social puede repetirse en otras zonas del perfil costanero de todos los países del mundo, así como también en los archipiélagos e islas, como los de El Caribe, ubicados en este lado del mundo.
 
El cambio climático es una realidad y los impactos negativos se evidencian cada vez más en los territorios locales. Veranos o lluvias intensas y prolongadas serán más frecuentes en la Amazonía ecuatoriana en los próximos años, si no está ocurriendo ya. Pensando en perspectiva inmediata, tanto las autoridades locales como los líderes y lideresas comunitarias, y la ciudadanía deberíamos pensar y actuar de manera preventiva, para evitar que nuestros hijos, hijas —o quizás nosotros mismos— sean los próximos desplazados climáticos.